lunes, 15 de marzo de 2021

Los quince años.

 Es imposible tomarse un cola cao en ésta casa sin que te salte la sirena dentro de la taza. A punto he estado de tomarla por un trozo de ensaimada ésta mañana (y eso que comía pan tostado) y se ha librado del mordisco porque me ha entrado una salpicadura en un ojo y han bajado todos los santos del calendario.

- ¡Ya está bien, demonio de sardina! ¡Con la edad que tienes ya podrías haber sentado esa cabeza de chorlito! ¡Cualquiera diría que cumples años hacia atrás, jolines! 

Fue decir eso y pensar que había dado en el clavo, fue todo uno. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¿A qué estás hablando de tu abuela? ¡Eso cree ella! No hay más que ver como viste, como se pinta, como habla y coquetea. Toda la vida pensando que tiene quince años y ejerciendo de ello ¡La de novios que me ha quitado la muy bruja! - Haberse aplicado usted el cuento en lugar de pasarse la vida protestando.

La Cotilla me miró de arriba abajo, levantó la ceja izquierda y dijo: - Menos mal que viendo la descendencia que ha tenido (o sea, yo) me doy por desagraviada. - Y se metió en la salita a encender velas en el Altar de los Amigos de lo Ajeno.

Estuve pensando, más de dos horas, en lo que había querido decir... Al final lo dejé por imposible porque la mariposa blanca se posó en mi cabeza y al mirarme en el espejo del aparador pareció que llevaba un lacito en el pelo.

La abuela se presentó en casa sin avisar. - ¿No vendrás a pedirme asilo familiar? - "¡Claro que no! con las vistas tan hermosas que tengo desde mi casa" - ¿Has venido para ponerme los dientes largos a cuenta de la Bahía de Palma? - "¿Eh...? ¡ah, nooooo! jajajajajajaja Me refería a una casa que comparten un grupo de estudiantes, de esos que no les importa que los vean estén como estén." - ¡¡¡Abuela!!! 

La Cotilla asomó la cabeza para sentenciar: - ¡Te lo dije: se quedó en los quince años la muy jodía!

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