sábado, 19 de junio de 2021

Los sudores.

 La abuela entró en casa seguida de un cariacontecido Geooooorge que, desde que cree que se equivocó al votar SI al Brexit, no levanta cabeza. El hombre venía cargado con el carrito de la compra lleno de tapers.

Sin decir ésta boca es mía, entró en la cocina a descargar mientras yo interrogaba a la abuela. - ¿Hoy comeremos paella? - "No, cocido madrileño con todo lo que esas palabras encierran" - ¿Estás de broma? ¿Con éste calor? - "El de todos los veranos, boba de Coria" - Pero aquellos ya pasaron y si te he visto, no me acuerdo. En cambio el de ahora parece que va a ser guerrero. 

- "He venido por dos razones. La primera porque he vacíado el congelador y juntando de aquí y de allí, me sale para un buen cocido y, en segundo lugar, porque quiero ver si eres capáz de decirme a la cara ¡que mi primer marido va mejor vestido que yo!"

Miré a la lámpara del comedor. El abuelito se ponía cómodo para ver el espectáculo. En mis oídos sonó sus voz: - ¡Lo que hace la envidia!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! - La Cotilla llegó como agua de mayo para quitarme de encima al miura que tengo por abuela porque  se pusieron a hablar de sus cosas  y me dejó para merendárseme más tarde.

A la hora de comer fuimos la abuela, Geoooorge, Pascualita, la Cotilla y yo quienes nos sentamos a la mesa: cinco surtidores dignos de ser inmortalizados. La sopa ardía y desde la primera cucharada, no dejamos de sudar. Los ríos de sudor se juntaban llegando a la puerta de la calle para caer en cascada, desde mi rellano a la puerta de la finca. El torrente seguía cruzando la acera, bajándola y escurriéndose por la alcantarilla que pronto se encontró en dificultades al no poder tragar tanto líquido. El resultado fue que varias tapas de alcantarilla saltaron por los aires y una de ellas, la más intrépida, llegó hasta la copa del árbol de la calle al grito de Tarzán: - Aaaaaaaaaah, Iiiiiiiiiiaaaaaaaaaaaaaaaa.

Envidiosa, la boca de madera del árbol se abrió e imitando a Monserrat Caballé soltó un formidable ¡¡¡BARCELONAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!

Total, que ya llevo tres fregonas agotadas de tanto recoger líquido ¡y lo que te rondaré, morena.

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