miércoles, 30 de junio de 2021

Cuando el mundo aún no tenía Historia.

El rolls royce se puso en marcha antes de que acabase el día: - ¿Te vas, abuelito? - Sí, porque, si permanezco una hora más en tu casa, será malo para mi salud. - No te preocupes por el ánima del antiguo ex de tu mujer. Es inofensivo...  - ¡Calla, calla que se me ponen los pelos de punta! Geooooorge ¡vámonos!

Me asomé al balcón con Pascualita metida en mi escote. - ¿Te gusta ese coche? ¡A mi me encanta! Es lo más parecido que hay a la carroza de Cenicienta. No creo que en el fondo del mar hay nada parecido. 

Las nubes que surcaban el cielo modelaron una gran calabaza pringosa a la que acudían las moscas en busca de la melaza y algunos ratones estuvieron dándose un festín hasta que acabaron con la calabaza y con la nube.

El árbol de la calle reía con ganas al ver mi enfado. - La culpa es tuya, guapa. Haber dicho la carroza de la Bella Durmiente. 

Cuando la abuela supo que Andresito se había ido, vino a casa. Sentadas en la salita dimos buena cuenta, junto con Pascualita, de una jarra de chinchón on the rock, fresquito. La lengua se nos desató y durante horas hablamos por los codos. Un tema llevó a otro y cuando nos dimos cuenta habíamos retrocedido millones de años. Cuando el mundo aún no tenía Historia. Y ahí empezamos a teorizar sobre si Pascualita pudo estar presente en el momento en que se le arrancó una costilla a alguien para formar a un nuevo ser complementario del primero.

- "¡Claro que estaba Pascualita! Lástima que no sepa hablar. Nos haríamos millonarias con sus exclusivas antidiluvianas" (dijo la abuela) -  Pensé que, ese pequeño detalle podría ser resuelto por mi primer abuelito que, en ese momento se balanceaba en la lámpara del techo. Nosotros nos comunicamos telepaticamente y, alguna vez lo ha hecho con la sirena... Entonces me di cuenta que lo más difícil será comentárselo a la abuela y que ella acepte la intromisión de su ex.

- Mi primer abuelito podría... - "¡NO!" - Ellos se entienden... - "¡NO!" - Hoy está muy guapo. - "He dicho que NO... ¿Lleva un nuevo sudario?" (le picó la curiosidad a la jodía) - De Chanel. - La abuela torció el gesto y dijo, envidiosa: - "¡Es un fantasma!"

Ahora tenemos las lenguas en remojo para que se les baje la hinchazón.

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