sábado, 12 de junio de 2021

¡Pero, bueno...!

 Mi primer abuelito, como no tiene nada más que hacer, aparte de estrenar sudarios de Alta Costura, se entretiene dando garbeos por casa y así se entera de todo y me lo comunica. Ya me tiene la cabeza como un bombo.

A la chita callando se ha acercado a mi oído y como si fuera Pepito Grillo, ha susurrado: - La lavadora sigue enfadada.

- ¡Pero, bueno! ¿qué quiere ésta ahora si todos los días le meto, aunque sea un solo trapo de cocina y lo pongo a lavar con el programa más largo?  - Habla tú con ella que éstas cosas terrenales no son asunto mío. 

Era verdad que la lavadora estaba de uñas: - ¡¿Te parece normal lo que haces conmigo?! ¡¿Crees que soy tu esclava para ponerme en marcha a las tantas de la madrugada?! ¡¿Qué pasa con mi descanso?! ¡¿Me quejaré a mi Sindicato y te va a caer un puro, negrera?!

Noté que alguien miraba por encima de mi hombro: - ¡Abuelit...! ¡¡¡COTILLA!!! - Lo tuyo es para echarte de comer aparte, boba de Coria ¿en serio estás discutiendo con la lavadora? - ¡Que vaaaa! estoy memorizando un guión para representarlo en El Funeral el día que hagan una fiesta en recuerdo de todas las personas que se ha llevado la pandemia... (improvisé)

- Un detalle muy bonito, si señor, pero ¿discutiendo con la lavadora? - Es que no es un electrodoméstico cualquiera, sino alguien de la familia y todo el mundo la usa (la jodía lavadora aprovechó la ocasión) - ¡¡¡Exacto. Me usas, negrera!!!

 

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