martes, 1 de junio de 2021

La visita.

El señor Li ha venido a visitarme. ¿Por algo en concreto?... Al parecer, no. Se ha dedicado a darme palique y deambular de un lado para otro de la casa. Al final le he preguntado si quería que se la enseñara y se ha puesto muy contento. Incluso reía y sus ojitos han desparecido tras la rendija de los párpados.

Hemos ido de habitación en habitación esplicándole en que empleaba cada una de ellas con todo detenimiento. Al llegar a la de la abuela dije: - Pero ahora la ocupa la Cotilla porque... - ¡Ah, Cotilla! Ella decil que tu tenel acualio sin peces.

Me entró un sudor frío. ¿Así que era eso? Quiere descubrir si tengo gambas gordas ¡Va tras Pascualita! Tenía que inventarme algo creíble.

- No tengo peces porque es la última moda de la gente chic: tener una pecera para plantas marinas pero sin peces porque se las comen. - ¡Ah! yo no sabel... Sel intelesante...

Al entrar al comedor y en contra de lo que había imaginado, en lugar de ir derecho al acuario, se fue al balcón. La cristalera me hechó una mirada-pregunta: - ¿Abro o no? - Yo (dije, telepaticamente) 

El señor Li lo escudriñó todo y no quedò contento con el árbol de la calle. - Hablá que talal.lo. No vel calle apenas. - El no lo notó pero yo vi como el árbol daba un respingo. Mi primer abuelito pasó en vuelo rasante arrebujado en un sudario imitando un traje de faralaes con topos que cambiaban de color. Su voz sonó fuerte y clara en mi cabeza. - Ese tío quiere algo. No me gusta. - ¿A mi, por ejemplo? - La rebolera de volantes me tapó la boca.

Por fin el señor Li se despidió dejándome un recado. - Mañana venil yo con complador y tu decil plecio.

Cuando bajé la basura al contenedor, una vecina me dijo: - Se está haciendo el dueño del barrio. - ¿Quién? - El señor Li ¿No sabes que ha montado una inmobiliaria? ¡Si es que no te enteras de nada, boba de Coria!

 

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