lunes, 16 de agosto de 2021

¡No quiero!

Cuando la Cotilla vio que preparaba la bolsa de la playa dijo: - ¡Yo tambièn voy! - Pero si no viene la abuela... - ¿Quién la necesita? Hale, vamos. - No la he invitado. Además me gusta ir sola. - ¿Sola? Que aburrido. - Y abrió la puerta de la calle para que yo saliera.

Lo que ella no sabía es que Pascualita estaba en el termo de los chinos y por eso me daba tres patadadas que viniera la vecina. 

Tampoco sabía yo la aversión que le había cogido a todo lo chino desde que el señor Li le leyera la cartilla poniéndole las peras a cuartos si volvía a coger lo que era suyo. Por eso, en cuanto pisamos la calle por poco me arranca la cabeza del tiròn que me dió para hacerse con el termo de los chinos y luego correr al lado contrario de la parada del bus: hacia los contenedores de basura y tirarlo dentro.

Mis gritos se oìan hasta en lo alto de la Catedral y, por supuesto, en el cuartel de los Municipales. Por eso el jefe mandó a uno de sus guardias a enterarse y poner arreglo a lo que estuviera pasando. 

Casualmente, fue Bedulio el encargado de la misiòn. Le vi llegar corriendo, sudoroso, dispuesto a cumplir con su deber hasta que me vio gritando como una loca. Nunca le había visto dar una media vuelta con tanta rapidez. Fue un visto y no visto. Desapareció por la esquina como si se lo hubiese tragado la tierra.

La Cotilla volvió sobre sus pasos, me cogió del brazo y tiró hacia mi para ir a coger el autobús que acababa de llegar: - ¡Corre que lo perderemos! - ¡Yo no me voy sin el termo de los chinos! (gritè en plan Juan de Arco) - y me tiré de cabeza dentro del contenedor.

El resultado de todo aquello fue estoy en el manicomio, agarrando el termo con todas mis fuerzas y sin dejar de gritar: - ¡¡¡MI TERMOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!

La Cotilla está a mi lado diciendo que deje de hacer el idiota para que me dejen salir de aquí porque: - Tenemos que ir a tu casa a coger mi bolsa para irnos de trapicheo. - ¡Yo no! - Sí, boba de Coria. Te vienes conmigo y así no me atacará la mafia china... Anda, toma otro chinchón.

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