martes, 31 de agosto de 2021

¿Qué le pasa a la Cotilla?

La Cotilla ha vuelto a su vida normal como si tal cosa. Y, naturalmente, eso me tiene mosca porque ha pasado de estar a punto de servir de relleno de los rollitos de primavera, a entrar y salir de casa cuando quiere sin que nadie la amenace. De hecho no hay matones en la calle.

- ¿Ha echo un trato con el señor Li? - Te importará mucho. - Hombre, un poco de curiosidad sì que tengo... - Pues no seré yo quien diga nada. Ya sabes que no soy persona de meterme en la vida de los demás y tu deberías hacer igual (y se quedó tan pancha)

Tampoco la abuela le sonsacó nada. De repente la Cotilla se había convertido en otra persona. ¿Debido a qué? ¿Al miedo que pasó? ¿A qué ha sentado la cabeza? ¿Ha perdido el gusto por el cotilleo?... Según Andresito, está empezando a notar el peso de los años y la abuela está de acuerdo con él. Ellos sabrán porque todos rozan los cien.

Tuve cónclave con los seres que comparten mi casa, en el balcón. No paramos de hacer conjeturas a cuál más rara pero, analizándolas, se veìa que no tenían ni pies ni cabeza. Harta de no llegar a nada y con el trasero dolorido de estar tanto rato en el suelo fui a por una silla que para eso las tengo.

Ya más cómoda, seguimos de cháchara  hasta que el sol empezó a ponerse tras las azoteas de las fincas de enfrente. Y entonces caí al suelo...y empezó otra discusión: - ¿Te has mareado? - No... - ¡Ayyyyyy, que ilusión. Viene el bisnieto! (gritaban las hojitas del árbol de la calle, ilusionadas) - ¡Que no! - El guirigay siguió hasta que una voz severa dijo: - ¡Yo la he tirado al suelo porque ha terminado mi jornada de trabajo y ésta no movía su culo de mi asiento! ¡Negrera! 

Boquiabiertos quedamos mientras la silla nos miraba con el ceño fruncido. - ¡Me quejaré al Sindicato de sillas, butacas y taburetes varios y se te va a caer el pelo!




 

 

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