jueves, 23 de septiembre de 2021

Nunca llueve a gusto de todos.

La cristalera del balcón es como una moneda. Tiene dos caras: una da al comedor y la otra a la calle. Las dos son muy suyas y tienen mucho temperamento y rara vez están de acuerdo. Antes no las oía porque discutían en voz muy baja pero, desde que han tomado confianza esto un no parar. Y lo que es peor, me ponen a parir a mi las muy jodías.

Estábamos desayunando Pascualita y yo mientras escuchábamos a Pepe el jibarizado soltar su letanía diaria: - OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO - cuando una furiosa discusión, ha hecho que dejara a medio comer una rebanada de pan payés, tostadita y bien untada de aceite y tomate. 

Pascualita levantó los bracitos para que la cogiera. Quiere ser el perejil de todas las salsas. Cada vez es más Cotilla aunque que la abuela diga que no. - ¡¿Qué pasa aquí?! - ¡Tú eres la culpable de todo, boba de Coria! Encuentra una solución. No puedo pasarme la vida en el balcón, así haga frío o calor, llueva o haga vendaval, me queme sol o me apedree el granizo mientras ésta pazguata está tan ricamente en el comedor. Calentita y recogida.

- ¡Ni lo pruebes de cambiar nuestro estatus! Te denunciaría. Llegaría hasta el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Así me colocaron y así debo seguir. Soy muy tradicionalista y conservadora. ¡Ni me gustan ni quiero cambios!

La lámpara del comedor abrió la boca ¡Otra que tal baila! - Lo justo es que cada medio año se le de la vuelta a la cristalera y aquí paz y después gloria. - ¿Vas a pagar tú a quien venga a hacer el trabajito? - ¿Me has visto cara de tonta?

Una hora después seguíamos igual. Y cinco horas más tarde, también. Al final fue el árbol de la calle quien puso fin a las discusiones, harto de oírnos, supongo. 

Como solución propuso que él, con sus ramas y hojas, protegería a la cara exterior de la cristalera cuando fuera necesario. Todos aplaudimos... menos el abuelito que, antes de desaparecer dijo: - No le arriendo la ganancia a ese pardillo.

Y tuvo razón porque, ahora, quienes llevan horas de escandalera, gritos y enfados, es el árbol contra las ramas, las hojas, los gorriones..., que temen salir perdiendo.


 

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