viernes, 7 de enero de 2022

Ay, Señor...

Al asomarme al balcón para ver qué había en mis zapatos, me di cuenta de la espectación reinante. Todo el mundo tenía los ojos clavados en ellos.  Y había algo... unas gafas enormes.

Me las puse pensando que, a través e ellas, vería cosas maravillosas pero no fue así porque la frase ya la había dicho Howar Carter hace casi un siglo. ¿Entonces, para qué son las gafas? dije lanzando al aire la pregunta del millón.

El árbol de la calle se hizo el distraído. No le gusta filosofar forzado sino cuando él quiere. Tal vez era muy temprano. El único que, sin abrir la boca porque la tiene cosida, dio el cante fue Pepe el jibarizado al lanzar su OOOOOOOOOOOOOOOOOOOO más inteligente, al especio sideral. Pero eso solo me sacó de mis casillas pero no dio con la tecla que me aclarara el misterio.

La única que podía sacarme de dudas era la abuela y la llamé. Después de discutir con un somnoliento Geoooooorge para que le pasara el teléfono, logré escuchar la voz pastosa-funeralesca de mi abuela.- ¿Qué tripa se te ha roto, boba de Coria?

Le expliqué cómo era el regalito de los Reyes pero antes y para alegrarle la mañana, le di el teléfono a Pascualita, que estaba subida en mi hombro, para que diera los buenos días a su querida amiga. Y lo hizo con expresivas muecas, meneo de bracitos y manitas palmeadas... En fin, que le soltó una conversación en toda regla y posiblemente, muy interesante pero la abuela no entiende el sireno y creyendo que le estaba robando minutos de sueño , me dijo de todo a través de auricular, menos bonita.

Tuve que retomar el motivo de mi llamada y preguntar de nuevo ¿para qué sirven esas gafas? - Más enfadada que una mona, gritó (desesperada) - ¡¡¡PARA QUE RECONOZCAS UN HACEDOR DE BISNIETOS EN CUANTO LO VEAS. Y DEJAME DORMIR, JODIA!!!

Han pasado muchas horas. Tengo el cuello que me duele de girarlo a derecha e izquierda cada dos por tres. Estoy helada, tengo sueño y hambre y me urge ir al baño  pero... ¿y si pasa un Hacedor de Bisnietos mientras leo una revista en la Biblioteca comunal y no lo veo? ¡Menuda faena!... Tengo que aguantar... Ay, señor...

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