martes, 25 de enero de 2022

El Oráculo.

 Con Pascualita metida en mi escote me acerqué a la cristalera del balcón. A un gesto mío se abrió de par en par para que, durante cinco minutos, se renovara el aire y entrara poco frío. Cuando la cristalera se cerró, un aleteo blanco pasó ante mi. - ¿Abuelito?

No contestó nadie. También pensé que mi pañuelo de papel había caído en las garras de una corriente de aire y jugaba con él. - ¡Hey, no me estropees el klineex que me tiene que durar una semana, por lo menos! 

Un montón de ojos asombrados se dirigieron a mi y tuve que aclarar, una vez más, que mi sueldecillo no me permitía hacer dispendios. 

No fue hasta que se posó en la mesa de la Cena cuando vi que era una mariposa.

Mi corazón se ensanchó de gozo. ¡Era un anuncio de la Primavera más efectivo que el del Corte Inglés! Asomados a los cristales, el árbol intentaba ver al Oráculo que traía la buenanueva. Pepe el jibarizado soltó un entusiasta OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO. Pascualita se subió a mi cabeza y pensé que un segundo después estaría monda y lironda, pero no... Todo, incluso las bolas de polvo, dejaron lo que estaban haciendo y celebraron la llegada de la mariposa con unos chupitos de chinchón a pesar de que no me pidieron permiso pero, un día es un día.

- ¿Te importa que te llame Primavera? (la frase sonó tontorrona. Cosas de la emoción. - Mientras no me llames Quasimodo... - De modo que nos anuncias la primavera, Primavera. - Te repites como el ajo, María Melindres. - ¡Huuuuy que graciosaaaaa! (todos aplaudieron a rabiar) ¿Qué clase de mariposa eres? - ¿Mariposa? Dirás oruga. A ver si vas al oculista. 

Le puse un espejo delante y del susto la trompa le quedó rígida y las alas rojas - ¡Maldito gusano! Hazte un capullo, hazte un capullo, me dijo el jodío. Le hice caso a pesar de que me parecía que aún no tocaba ¿Y ahora qué hago? ¿De dónde saco un mariposo?

Como si la hubiese entendido, los pelo-algas de la sirena se le pusieron de punta. Saltó del escote al aparador. La mariposa, aturdida por la confusión que había tenido, saltó a su vez y cayó en el borde del acuario. Y allí las he dejado a ambas para que hablen de sus cosas y brote la amistad en ell... as... ¿Mariposa... dónde... estás...?

 

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