domingo, 20 de marzo de 2022

Peluquería.

Que envidioso es el árbol de la calle. Ayer fui a la peluquería a cortarme el pelo. Al regresar a casa le faltó tiempo para reirse de mi. ¿Te han llamado para la mili, boba de Coria? - ¿Me han cortado mucho? - ¡Mucho, dice! Ven, que te doy una colleja. - Las risas del árbol pasaron a todas las hojitas. 

Los comensales de la Santa Cena no se quedaron atrás y sin saber de qué iba la fiesta, se partían de risa. Hasta mi primer abuelito tuvo algo que decir: - Te resfriarás jejejejejejeje. - Pascualita me ofreció su gorra, mojadísima y Pepe se explayó con un divertido OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO. Solo faltaba la Cotilla: - ¡Ostras, Pedrín, que claridad hay en ésta casa! ¿Te han tomado el pelo? - Noooo... - Espera, no te vayas (y me arreó tal colleja que hice palmas con las orejas)

Al final me encerré en mi cuarto para, ni ver ni oír a nadie. Pero fue inútil. Unas bolas de polvo que daban vueltas bajo mi cama, se asomaron y - ¡Huuuuy, la Pelona viene a por nosotras! ¡¡¡CORREEEEEEEEEEEEEE, MARIA PESTIÑO!!!

Esta mañana, al verme regresar de mi trabajo, el árbol de la calle mi gritó: - ¡Mira que elegante estoy. Han esponjado mi copa los de Parques y Jardines! ¿A qué estoy guapo? - No me pude callar: - Mucha lana te han dejado ahora que vamos para el verano. - Pero... si son estilistas de las tijeras de podar. - ¡ Y yo Mary Poppins! - ¿No tendrás envidida? - ¡¿YOOOOOOOOOOOOOO?! ¡AMOS, ANDA!

La voz del abuelito resonó en mi oreja: - ¡Eres mala, nena! - Pues, si.

No hay comentarios:

Publicar un comentario