sábado, 19 de marzo de 2022

Volviendo a la normalidad.

 Desde que Pascualita ha encontrado su gorrito no se lo quita para nada. Lo lleva todo el día encasquetado. Con esa actitud me ha demostrado que puede ser más fea aún. Creo que hasta el abuelito se asusta cuando lo ve y eso que es un fantasta pero, eso sí, guapo.

Pompilio desapareció desde que se llevó el disgusto del siglo. andará a la busca y captura de calcetines descarriados para empezar de nuevo su colección. 

Por la traducción simultánea que hace mi primer abuelito, supe que Pepe el jibarizado soltó un gran suspiro de alivio al saber que yo no está en casa (o sí) por si al duende inglés le diese por quitarle a él el calcetín.

 - ¿Qué calcetín? - El de Pepe, nena... - No tiene pies. - ¡Anda, pues es verdad! Lo habré entendido mal. Tal vez dijo: guante. - No tiene manos. - Ahora que lo dices... Entonces ¿qué? -¿El ojo-catalejo? - ¡Aaaaaaaaaayyyyyyyyyyyyy! No digas esto que se me pone la carne de gallina. - Pero si no tienes carne, abuelito. Eres un espíritu jajajajajajajajajaja - Vale, pues se me ponen de punta los pespuntes del sudario. Por cierto, nena, no me has dicho qué te parece el que luzco hoy. - Estás de toma pan y moja, guapetón.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¿Ya tienes novio, boba de Coria? - Noooooooooo. - Entonces ¿a quién llamabas guapetón? - Guiñé un ojo a la Cotilla y luego, levantando la vista al techo, dije: - A mi primer abuelito (mientras el color desaparecía del rostro de la vecina).





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