miércoles, 20 de abril de 2022

El juego.

Pasé por delante de la tienda de los chinos del señor Li haciendo como si se me hubiese perdido el perro que paseaba: - ¡Roldán! ¿dónde estás, perrito? ¡Roldán no me cabrees que te quedas sin los menudillos de pollo que te he comprado! .

Con ésta excusa, fui acercándome a la puerta de la tienda donde unos cuantos chinos formaban tertulia. - ¡Hola! ¿Habéis visto un perro color canela, de pelo entre largo y corto? - ¿De quién sel pel.lo? (preguntó uno) - ¡Mio! (dije con expresiòn preocupada)  Es muy despistado y... - No sel tuyo. Tu no tenel pel.lo. Tu decil mentila. ¡Tu sabel dónde estal moto del señol Li! ¡Tu quital! - ¡¡¡¿YOOOOOOO?!!! 

En un momento fui rodeada de los componentes de la mafia china. - ¡¿Dónde estal moto, boba de Colia?! - Ni lo sé ni me importa. - Tu no il de aquí sin decil. 

Ya me veía como relleno de los rollitos de Primavera cuando se me ocurrió un juego y como los chinos son muy dados a ellos pensé que caerían en mi trampa. - ¡Vale, vale! Lo diré cuando vosotros digáis, perfectamente, este trabalenguas: - El peRRo de san Roque no tiene Rabo poRque Ramón RamiRez se lo ha coRtado.

Fue mano de santo. Lo intentaron mil veces pero ni una erre salió de sus gargantas. ¡Lo que me reí! Volví a casa y cuando la Cotilla regresó lo hizo a pie. - ¿Y la moto? - Me ha dejado tirada. La "limpieza" de cepillos iba mejor que nunca hasta que uno de los curas que me han perseguido debe ser atleta. Me ha costado mucho despistarlo por las calles del casco antiguo. y he gastado la batería... - Pues la mafia china ha puesto precio a su cabeza. - Vale, pues les daré a Pepe el jibarizado. Tengo demasiado aprecio a la mía

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario