jueves, 28 de abril de 2022

¿Para qué pregunta?

 Después de convencer a la abuela de que no estaba emparedada, cosa que me costó mucho, lo primero que hizo fue preguntar por Pascualita cuando le conté lo que había descubierto la Cotilla. - "Mi preciosa amiguita no estará allí ¿verdad?" - ¡Claro que está y ha entrado ella solita... ¡ah! y mi primer abuelito. - "¡Este tío se apunta a un bombardeo! Que pesado"

Después de quejarse un rato de su ex preguntó si ella también podía entrar en la habitación misteriosa. - Supongo que sí. - En ese momento llamaron a la puerta... Era Bedulio. - ¿Me traes otra multa? -  No.Primero tengo que registrar tu casa, que mira que me repatea, para ver si es verdad que es más grande de lo que cuentas. 

Ahora no sabía qué hacer. Pero la abuela puso las cartas boca arriba: - "Venga, nena, que no tengo todo el día. Enséñame esa habitación" - Y no me quedó más remedio que entrar con ellos en la despensa y enseñarles el minúsculo orificio de la pared. - Ahí está. - ¿El qué? - Lo que buscáis. - Eso, si acaso, será la entrada a un nido de cucarachas (dijo Bedulio que no dejaba de mirar a un lado y a otro con intranquilidad) - ¿Qué buscas? - ¿Está... tu primer abue...lito a la vista...? 

En vista de que ninguno se agachaba, pregunté: - ¿Entráis o no? - La abuela, siempre coqueta, dijo: - "Aunque tengo un cuerpo de sílfide del que presumo a diario, ahí no quepo y menos éste, con su tripón cervecero" - No me quedó más remedio que tomar la iniciativa. Les di un empujón a cada uno pero no me lo tuvieron en cuenta cuando vieron aquella inmensa habitación rebosante de la música sesentera que tocaba el órgano. 

Maravillado, el municipal me preguntó: - En realidad ¿dónde estamos? - En un útero. - Y se desmayó.


No hay comentarios:

Publicar un comentario