sábado, 30 de abril de 2022

Los caracoles son amigos...

El concierto de pitos que entraba por el balcón me anunció la llegada del rolls royce de los abuelitos. Poco después entraba en casa la abuela seguida de Geoooorge que iba cargado con una gran olla y una bolsa atestada de cosas.

Me faltó tiempo para afearles su conducta incívica. - ¿No os da vergüenza aparcar, siempre, en la parada del bus? - "¿Vergüenza por qué, boba de Coria? Soy rica, pago mis impuestos, el rolls royce es un coche grande y ese aparcamiento también ¿qué es lo que está mal según tu?" - Hombre, visto así... 

Les seguí hasta la cocina. El mayordomo inglés sacó todos los avíos para hacer ¡una caracolada! y se me puso la carne de gallina. - ¿No pensarás que voy a comerme "eso", verdad, abuela? - "Son caracoles, límpios de impurezas y listos para una sauna mortal. Luego Geoooorge los preparará según la receta de mi abuela (dijo mi abuela) y nos chuparemos los dedos" - Es mucha comida... - "Vendrán Andresito, el señor Li, el Médico, algunos amigos millonetis de mi estupendo barrio... Tranquila que ni faltará ni sobrará nada.

- Pero yo no puedo comer caracoles ¡ni verlos sufrir! Fueron mis amiguitos en mi infancia. Me encantaba jugar con ellos. Me hacían compañía. Se paseaban por mis brazos mientras iban dejando sus babas. ¡No los mates, inglés. En mi casa NO!

No me di cuenta de que estaba llorando a mares hasta que la altura de las lágrimas me llegó a los tobillos. - "¡Para ya, jodía, que lo inundas todo!" - ¡¡¡AQUI, NOOOOOO!!! (grité a pleno pulmón)

Harta de oírme y enfadadísima, la abuela ordenó a su mayordomo que recogiera todo y se largaron. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¡Me he encontrado a tu abuela y no me puedo creer que me quede sin comer caracoles por tu culpa, boba de Coria! ¡¡¡Y sin vender los que sobren ésta noche en el trapicheo!!!

 

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