domingo, 13 de noviembre de 2022

De buena mañana.

El señor Li vino a casa con cara de cabreo. - Hola ¿a qué viene esa cara de cabreado? (pregunté inocentemente y el hombre entró al trapo) - Si, boba de Colia? Yo estal muy cableado pol culpa de la Cotilla que llevalse mi pulpo. - ¿Eso hizo la Cotilla? Me niego a creerlo. - ¡Pelo sel veldad! - Me está contando un cuento chino señor Li y no tiempo para escucharlo. Así que... ¡Adiós, muy buenas! (y le di con la puerta en las narices)

Poco después fue Bedulio el Municipal quién llamó a mi puerta. - Tienes una denuncia del señor Li. Dice que te has llevado un pulpo de su tienda. - Tuve que aclararle que había sido la vecina. - ¡Y yo te denuncio a ti por confundirme con una, casi, centenaria, miope! - ¿No querrás que escriba y dé curso yo a esa denuncia? - Así tendrá más morbo cuando vayamos a juicio delante de un juez... - Pero... - Me mostraré inflexible en cuanto a la pena que se te impondra. - Estas cosas no se hacen así... - Pediré treinta años y un día de prisión que puede cambiarse por la libre absolución a cambio de hacerme el dichoso bisnieto para mi abuela...

- ¡Vade retro, Satanás! ¡Estoy casado! - ¿Y?... - Que estoy casado. Sería adulterio... - ¡Cuantas pegas más vas a poner! - Si mi mujer se enterase... - Como mujer que es, estaría orgullosa de ti por hacerme este favor y... 

Boquiabierto y babeante estuvo una media hora, Con la mirada perdida y pensando una respuesta que no lograba sacar a la luz, otra media hora más.

Solo el jaleo que armó Pascualita, haciendo sus ejercicios gimnásticos dando saltos mortales en la pila de lavar a base de zambullidas a cual más espectacular, lo sacó de su mutismo. - Va a ser verdad lo que dice tu abuela de ti: ¡que no eres más tonta porque no te entrenas, Blancaflor!

No hay comentarios:

Publicar un comentario