martes, 15 de noviembre de 2022

¡Traidora!

 Han pasado unos días desde el ataque de Pascualita a la Cotilla y todavía no ha salido de casa porque su nariz todavía recuerda a la trompa de Dumbo. 

Me ha trasladado una queja. - Tienes la casa tan revuelta que es imposible saber dónde se esconde el bicho que me tiene manía. - ¿Un bicho en ésta casa? ¿en qué se basa para decir esto? - Señalando su "trompa" dijo: - ¡A ésto! Y, aunque duele igual, prefiero el mordisco en la teta. Me quita cincuenta años menos... - ¡Hala! - ¿Crees que no he visto tus miradas envidiosas cuando llevo una repisa por pechera? Por cierto, ya me estás devolviendo los submarinos atómicos de plástico que robastes de mi bolsa. - ¡Pero, bueno!... Cree el ladrón que todos son de su condición.

El caso es que yo no los tenía. Pascualita, durante la noche, los trasladó a la pila de lavar del comedor y están camuflados bajo las algas del fondo.

La Cotilla siguió: - Te doy dos horas para devolverlos, sino, atente a las consecuencias.

Mientras la vecina se tumbó a la bartola a dormir la siesta yo intenté meter la mano en el pila pero la terrible dentadura de tiburón, con la que me amenazaba la medio sardina desde el barco hundido y no me dejó coger ninguno.

Dos horas después, cuando la Cotilla se despertó miró dentro de su bolsa, sacó un móvil último modelo con mucho brilli brilli y marcó un número... - Oiga ¿está el señor Li? Que se ponga... ¡Hola, señor Li! ¿Hay recompensa para quien encuentre al ladrón de sus submarinos nucleares de plástico?... ¡¿Sí?! ¡Estupendo! Pues envíe a su mafia a mi casa con el dinerito. La culpable es ¡la nieta! ... ¿Creía que era yoooooo? Ay, que graciosos son los chinos jejeje...

Me escondí entre las hojas del árbol de la calle con Pascualita en el bolsillo, mientras en mi frente aparecía un letrero de neón rosa que decía: - ¡¡¡ESTA ME LA PAGA, COTILLA!!!

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