lunes, 21 de noviembre de 2022

Dichosa Cotilla.

Pompilio está que no cabe en sí de alegría ¡Por fin ha llegado el frío para que él haga su agosto quedándose con el 50% de las parejas de calcetines. ¡Por fin acabó la sequía de calcetines y de ver el horrendo espectáculo de los pies desnudos, con sus juanetes, callos y uñas de ogro de cuento. - Esto tendrías que celebrarlo con todos nosotros.(dije como el que no quiere la cosa)

No se hizo de rogar y poco después aparecieron bandejas llenas de pasteles sobre la mesa del comedor. Hasta las bolas de polvo participaron del banquete. Incluso Pepe el jivarizado dejó oir su OOOOOOOOOOOOOOOO de satisfacción, Y eso que no puede comer nada al ser una cabeza hueca, pero el que no se conforma es porque no quiere.

La cristalera del balcón agasajó a Pompilio con un amplio espectáculo de Apertura y Cierre, a cual más sofisticado, de su puerta. Fue muy aplaudida.

Los gorriones del árbol de la calle hicieron los coros a su vozarrón mientras él cantaba el brindis de la Traviata. 

Los comensales de la Santa Cena cantaron a coro el Aba, Naguila Aba... Pascualita nos entretuvo con un repertorio de saltos mortales, complicadísimos, en la pila de lavar del comedor

La escama que quedó de Ataúlfo bailó la danza de los siete velos, muy sugestiva ella.

La casa bullía de alegría hasta que llegó la Cotilla de sus trapicheos. - Mira que traigo, nena, - dijo. - ¿Qué hay en esa caja? - ¡CALCETINES! (gritó satisfecha? - Estaba abandonada en la acera y para que la cogiera otro, me la quedo yo y... ¡¡¡FALTAN LA MITAAAAAAD. lADRONES!!! . (Dijo la sartén al cazo...)

 

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