lunes, 6 de marzo de 2023

Malas influencias.

 Mis ojos, una vez conocida la libertad de salir o entrar en sus órbitas cuando les da la gana, paran poco en las cuencas. Se han echo amigas de las bolas de polvo y no paran de corretear bajo los muebles. Creo que las bolas no son buena compañía para los ojos... Al final tendré que ponerme a limpiar a fondo la casa para acabar con ellas y restituir las buenas costumbres.

Una vecina ha llamado a la puerta. - Hola, nena. Soy Angustias la del segundo... Que me ha dicho la Cotilla que en tu casa hay fantasmas... - Solo cuando está ella (respondí enfadada) - También me ha dicho que hablas con ellos... - ¡Y también les leo el periódico! - Que interesante! No sabía yo que tenías éstas facultades... - ¡Ni yo! - Que modesta eres. Pues, fíjate, hasta ahora pensaba que no servías para nada de provecho.

Como mantenía la puerta abierta solo tuve que hacer el gesto con la cabeza de ¡FUERA! Lo entendió al momento y salió despavorida hacia su piso. Me alegró sentirme poderosa echando a esa cantamañanas... Claro que coincidió el incidente con el regreso de mis ojos a sus cuencas después de estar toda la tarde de picos pardos por los rincones de casa.


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