martes, 14 de marzo de 2023

¡Que lo talen!

A grito pelado me ha despertado el árbol de la calle cantando Tengo una vaca lechera mientras  los comensales de la Santa Cena le hacían los coros con el tolón, tolón. 

Sentimientos asesinos me sacaron de entre las sábanas que puse, inmediatamente, en práctica: llamé a Parques y Jardines del Ayuntamiento de Palma. No hubo manera de que me cogieran el teléfono; antes de colgar dejé patente mi enfado como ciudadana ante la falta de empatía de la Administración.

- ¡Llamo para que vengan a talar el árbol que da a mi balcón porque, además de quitarme el sol, llenarme la casa de hojas y polen, encima ¡¡¡NO ME DEJA DORMIR EL MUY JODÍO!!! Y vosotros, no corráis a coger el teléfono que os podéis herniar pero ARRIERITOS SOMOS Y EN EL CAMINO NOS ENCONTRAREMOS... que algo querrá decir.

Volví a la cama y miré el reloj antes de cerrar los ojos: eran las cinco y media de la madrugada.

A media mañana sonó el teléfono: - ¡Hola, somos de Parques y Jardines! ¿Qué le pasa al árbol, está enfermo? - ¡Ojalá se quede afónico! - ¡Oiga, señora que yo no le he faltado! - No iba por usted... - Vale pero cuál es el problema. - Lo he dejado bien claro en mi llamada ¡no me deja dormir! - Es verdad que tiene muchos gorriones anidando. Es la época. - ¡¡¡CANTA!!! - Huy, así, en frío, me da corte jijiji... - ¡EL ÁRBOL! - Esa canción no me la se... - El árbol ha cantado La vaca lechera a toda potencia.

Hubo un minuto de silencio que he respetado por si le hacían un homenaje al árbol por lo que se le venía encima. Después, la voz del operario, aterciopelada, dijo: No se preocupe, en cinco minutos estaremos con usted. - Pues ya, de paso, suban unas ensaimadas y les invito a cola cao.

Esperé la llegada de la furgoneta asomada al balcón pero lo que llegó fue una ambulancia. Unos enfermeros, camilla en ristre corrieron hacia el portal de la finca. - ¡Espera (gritó uno) se nos ha olvidado la camisa de fuerza!

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario