viernes, 24 de noviembre de 2023

Lo que hace no tener cultura.

Pascualita nadaba de espaldas lentamente en su pila de lavar del comedor. Se la veía relajada, a gusto consigo misma. ¿Pensaría en algún episodio de su larguísima vida? La de gente que ha tenido que conocer éste bicho... a Matusalem por ejemplo. Antes, a los dinosaurios. A Noe y su arca...

Iba a proseguir con la cantinela cuando mi primer abuelito, que estaba elegantísimo con un sudario rojo pasión que no paraba de reir. - ¿De qué se ríe? - De ti, nena. - ¿A santo de qué? - De lo que estás nombrando... - Ya sé que ninguno es tan antiguo como la sirena pero, por lo menos intento enumerar... - ¡No lo hagas! Pascualita es un animal marino ¿entiendes? Vivía bajo el agua y los que has nombrado, no. 

Entendí lo que me explicaba el abuelito y me sentí fatal: ¡Hasta un sudario, por muy de seda que sea, se reía de mi! Por eso pegué un puñetazo en la mesa del comedor que a punto estuvo de convertirse en astillas. Pero la mesa no se arredró y me lo devolvió. Ahora tengo un ojo morado y cerrado.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! Vengo a por más bombillas. En el trapicheo me las quitan de las manos ¡Es un éxito!... ¿Dónde están las que faltan? - Las metí en la pila de lavar del comedor. Si viene Bedulio con los municipales en busca de ellas no se le ocurrirá mirar en allí Apenas terminé la frase recibí un bolsazo de la Cotilla y el ojo sano ahora hace juego con el otro.

Intenté ir al baño para echarme agua en la cara pero, mareada, lo que hice fue apalancarme en la pila de lavar y apoyar la mano ¡sobre Pascualita! 

Ahora, además de los ojos a la funerala, tengo una teta exageradamente grande que es dónde me ha mordido la sirena cuando la he chafado contra las bombillas sumergidas. ¡Y el jodío sudario partiéndose de risa!

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario