miércoles, 22 de noviembre de 2023

Tiempo de tormenta.

Pascualita está tan aburrida que ésta tarde la he pillado leyendo el periódico. Y yo estoy tan curada de espanto que no me ha causado sorpresa.

En realidad el periódico no estaba entero. Eran unas hojas en las que venía envuelto un kilo de sardinas que trajo anoche la Cotilla. A saber por qué cosa las habrá cambiado.

Mientras refunfuñaba pensando que en el trueque ya podrían haber venido limpias las sardinas. O ya, rizando el rizo, con cremallera. Que más le da a la Naturaleza, si total hay que abrirles la barriga. Con lo fácil que sería todo, jolines. 

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¿Has visto qué guapas las sardinas? - Si, he visto alguna que haría un buen papel en el certamen de Miss Sardina Europea. - Huuuy, estás como el día: anunciando tormenta. - Con lo bien que se está en verano... - Sí, hija, sí... - Y para rematar la jugada, suben la bombona de butano a 15 euros ¡¡¡LA NIÑA BONITA, OIGA!!!

Llamó la abuela y, sin cortarme un pelo, dije delante de la Cotilla: - Pascualita está leyendo las noticias de fútbol del periódico. - "Ya me dijo la Cotilla que vacías las botellas de chinchón en un santiamén" - Señalando a la vecina con un índice acusador, dije: - ¡BOCAZAS!

La abuela cuchicheó: - " !No hables de la sirena delante de la Cotilla!" 

Antes de que pudiera abrir la boca, la vecina abrió la suya para ponernos a caer de un burro, sobre todo a su amiga: - ¡No disimuléis, malandrinas! Y el pobre Andresito sin saber que lleva una cornamenta digna de un miura ¡Que tendrá ese Pascual que no se os cae de la boca!

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