sábado, 25 de noviembre de 2023

Que mala es la envidia.

He estampado contra la pared al último mosquito del año y es como si lo hubiera echo con Drácula. La mancha que ha dejado chorreaba sangre. Los habitantes de casa estaban horrorizados.  Callaban y observaban mientras regueros de sangre avanzaba hacia el balcón.  La Cristalera abrió, de par en par y al mismo tiempo, la boca y la puerta Y sus gritos rebotaron en todas las paredes del barrio. - ¡¡¡Se han cargado al Mosquito de 2023!!!

A partir de éste momento la gente se apelotonó ante la puerta de la entrada del edificio donde vivimos. - ¿Qué pasará ahora? . ¡Vaya usted a saber! - ¡Vaya hombre, justo ahora que íbamos a hacer un lugar de exposiciones, llega el Ayuntamiento y desbarata los planes!

Como de costumbre hubo opiniones para todos los gustos. Un vecino altruista se presentó en casa con un marco barroco bajo el brazo: - Pienso que quedará precioso enmarcando la mancha del mosquito (que no es lo mismo que  El Mosquito de la Mancha) - Y berbiquí en mano, procedió a agujerear la pared, poner un zoquete, meter una alcayata, colgar el marco, apartarse un poco para ver la prespectiva y muy ufano ,decir como si fuese un maestro de ceremonias: - Et voilá

Y por esta sencilla regla de tres al cuarto, tengo en mi casa una obra de arte que ya quisieran muchos. 

En cuanto a la sangre andarina del último mosquito del año, esta prosiguió su camino y su sueño y logró subir a la cima del Puig Major proclamándose la primera Sangre Andarina en lograrlo en subida libre. Hasta ahora se había conseguido en bajada libre (que no es lo mismo)

Pues, a pesar de lo bien que había salido todo, Pascualita está que trina contra mi, gritándole a mi primer abuelito: - ¡Ese bocado era mio!

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