jueves, 30 de noviembre de 2023

El visón.

Tengo preparado el visón para sacarlo a la calle en cuanto haga frío. Huuuuy cómo se van a poner las vecinaaaaaas cuando me vean con él. Se me cae la baba al pensar que la envidia cochina corroerá sus pensamientos. Oxidará las buenas intenciones jijijjijijiji... Hum, lo que voy a disfrutaaaaaar

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¿Se puede saber qué haces ahí parada como un pasmarote, boba de Coria? - Relamerme porque voy a sacar el visón en cuanto el aire de la sierra se enfríe. - ¡Estás mal de la cabeza! Dáme el visón y algo le sacaré en el trapicheo. Por lo menos dejaremos de comer botes de fabada durante unos días. - ¡Sí, hombre! a usted se lo voy a dar.

A la Cotilla no le han gustado mis palabras y lleva horas sin hablarme ¡Gracias por ello, vecina!

Llamaron a la puerta. Era el Municipal Bedulio. - Me he enterado de que vive contigo un animal exótico... (glub ¡¿Pascualita?! me dije) ... ¿está vacunado? ¿Tiene todos los papeles en regla? - Sí, sí. Todo está en regla. - ¿Está en jaula? - Pues... no. - ¿Quiéres decir que tienes una fiera suelta en casa ¡y que de un momento otro, puede morderme?!

Mi primer abuelito, subido en lo alto del riel de la cortina se partía de risa y me la contagiaba. Bedulio llamó a los laceros del Ayuntamiento para vinieran coger al bicho. - Traed bozal, inyección para dormirlo; guantes ¡DE TODO!

La casa se llenó de gente en un momento: - ¿Dónde está la fiera? preguntaron los funcionarios. - Ahora lo traigo. - ¡Quieta! Nosotros iremos delante... - Si, hijo, sí (dije)

Del cajón mediano del cantarano de la abuela, saqué el visón... de doscientos años, disecado, que mi tatarabuelo regaló a mi tatarabuela cuando pidió su mano.

 

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