lunes, 20 de noviembre de 2023

Problemas laborales.

La abuela, de repente, sea vuelto asidua. Viene a casa cada dos por tres. Trae la comida o bien Geoooorge la prepara aquí y de paso Pepe el jibarizado aprende inglés .

Se lo comenté a mi primer abuelito y me aclaró lo del visiteo: - Está celosa, nena. Se ha dado cuenta de que Pascualita cada vez está más apegada a ti... - ¿A mi? ¡Porque quiere morderme! - Pero con cariño.  

Me quedé más "tranquila" Por otro lado disfruté de que la abuela, que lo tiene todo, sintiera celos de mi ¡Ay, que ilusión! Estoy llena de orgullo y satisfacción (palabras muy navideñas, por cierto) Ahora solo tengo que fijarme cuando venga a casa.

La puerta de la calle se abrió para dar paso a un cargado mayordomo inglés y a madame la Abuela. Desde éste momento me convertí en enormes ojos de búho que no le quitaban la vista de encima desde cualquier punto de la casa.

La abuela se acercó a la pila de lavar y, como un misil, Pascualita salió del agua salada para tirarse al cuello centenario de su amiga, con los bracitos abiertos.

Miré a mi primer abuelito: - A mi nunca me recibe así... - Todo se andará, nena.

El árbol de la calle cantaba a pleno pulmón y no me quedó más remedio que meterle la escoba en la bocaza. ¡Hay que ver la de gallos que tienes en la garganta! (le dije, haciéndome la santita) - ¡Gracias, hija! Me has echo un favor muy grande. Las hojas secas atascan el chorro de voz que recibí como herencia paterna. ¡Mira que bien canto ahora!

No dejé que se le escapara ni una nota. Esta vez ataqué con la fregona... Ahora son dos las que se manifiestan delante del balcón con pancarta explicativa. Si la escoba me denunció por hacerla trabajar a horas que no le correspondían, ahora me ha denunciado la fregona por usarla como atascador y eso ¡está segura! no lo estudió en Formación Profesional.


 

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