domingo, 26 de noviembre de 2023

Pepe el jibarizado pide...

La rama más cercana del árbol de la calle ha repiqueteado en los cristales de la ventana de la cocina. - ¿Qué querrá ésta ahora? (me dije) - En cuanto la abrí entendí el mensaje: el árbol temblaba de frío. - Y eso que es domingo. (me seguí diciendo) 

Mi primer abuelito, que siempre está a la que salta, ésta vez desde lo alto de la estantería de Pepe el jibarizado: - ¿Qué tiene que ver el frio con ser domingo, nena? - No tengo ni idea pero algo será. 

En cuanto el árbol me vio dijo con voz lastimera: Echame agua calentita a mi alcorque, resalá, que tengo las raíces heladas. - Perdona pero esto corresponde al Departamento de Parques y Jardines y esa, no, Esa no soy yo. Todavía no he ido a por las ensaimadas y ya me estás dando la vara.

Sonó el teléfono. Era la abuela - "¿A qué no has puesto agua caliente en la pila de lavar del comedor, boba de Coria?" - Pues, no... - "¡Lo sabía! La pobre sirenita debe tener las escamas como escarpias y la piel de gallina" - Huy, si. Sería ella la que cacareaba ésta madrugada llamado al Gallo Colorao. - "¿De qué hablas?" -Y yo qué...

A punto de salir rumbo a la pastelería mi primer abuelito me llamó: - Pepe el jibarizado también quiere una ensaimada, nena. - Es una cabeza hueca; tiene la boca cosida; de barbilla para abajo ¡no tiene nada! ¿Para qué quiere una ensaimada? - Pues, no sé... Será para probarla ¿no? - Será.

No se le puede decir que no a quien quiere probar una cosa tan rica.

 

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