domingo, 28 de enero de 2024

Originalidad.

Gracias al rolls royce de los abuelitos, aparcado en la parada del bus, mis vecinos y yo misma, hemos tenido un "dulce despertar" este domingo caluroso del mes de enero a cuenta de la pitada que le dedicaron varios autobuses que se quedaron compuestos y si aparcamiento.

El mayordomo inglés, Geoooorge, se encargó del transporte de las ensaimadas y de hacer y servirnos una taza de chocolate espeso y sabroso, para desayunar. ¡Placer de dioses!

Pascualita no quiso ser menos y se lanzó de cabeza a la taza de la abuela, cogiéndola desprevenida. Las bolas de polvo corrieron a restregarse en las manchas de chocolate y acabaron a tortas porque no había chocolate para tanta bola.

Mientras la Cotilla bautizaba el chocolate con varias copas de chinchón, se corrió la voz de tal evento y hasta mi primer abuelito apareció en lo alto de las cortinas del comedor, envuelto en un precioso sudario, animal print, echo con sedas de mil colores imitando un cielo del atardecer de Mallorca al que solo le ha faltado música de batucada y un plato de coliflor y bechamel gratinada.

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