jueves, 25 de julio de 2024

¡JODÍA COTILLA!

La Cotilla ha llegado a casa sudando a mares. - ¿A quién se le ocurre ir por la calle a éstas horas con el calor que hace? ¿Es que no escucha la tele? Le puede dar un golpe de calor y dejarla en el sitio. - ¿Y tiene que darme, precisamente a mi, boba de Coria? ¡Eres una agorera! No me extraña que sigas sin novio. Cuando la vecina tiene un cable cruzado lo mejor es pasar de ella pero es difícil.  

Se encerró en su cuarto dando tal portazo que hizo temblar las paredes. Y total, para nada, porque cinco minutos después ya estaba otra vez en el comedor blandiendo el índice, particularmente indicado para señalar al malo de la película, ante mi cara como si fuera un inquisidor.

- ¡Que te conste que sé que mi cartilla del banco la cogiste tú, alma de cántaro! - ¿Ahora me sale con esas? La única verdad es que apareció y acabó siendo devorada por los comensales de la Santa Cena que pasan más hambre que el perro de un ciego. - ¡Si no son de verdad, taruga! -¡No les pondría yo un dedo en la boca! 

- Pero, vamos a ver ¿por qué está tan enfadada? - A regañadientes, confesó que había ido a los periódicos de la ciudad a quejarse porque no habían sacado su foto, estando en la manifestación última, en portada: ¡Pero si usted es de las que se forra con los pisos turísticos porque, donde caben cinco o seis turistas, usted mete veinte! (me han dicho los plumillas) ¡Y mandarán un inspector a verificarlo!... Así que empieza a hacer sitio aquí. - ¿Para...? ¡Oh, no! ¡POR ENCIMA DE MI CADÁVER, COTILLA!

 

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