miércoles, 17 de julio de 2024

Su gozo en un pozo.

La Cotilla está todo el día mano sobre mano... En realidad esto es una figura retórica porque, al no ser los brazos de la misma medida no queda la cosa muy armóniosa. 

Yo acabaré de los nervios porque los ojos de la Cotilla son dos periscopios que no dejan de inspeccionar cada rincón. Y con el veredicto llega la sentencia: - No te da vergüenza tener la casa llena de bolas de polvo. Anda, barre bien debajo de los muebles.

- ¡Oh, no (me dije) buena se pondrá la escoba cuando le pida que haga horas extras, porque su jornada laboral acabó hace mucho rato.

- ¡Que no, que no y que no! Explícale a la Cotilla el por qué de mi negativa y te comprenderá. - ¡JA! Ni harta de vino - ¡Pues no romperé el Convenio Laboral aunque me lo pida el Papa! -

De repente ¡PLAF! ¡Una colleja Made in abuela! - ¡Cotilla! - Llevas media hora en babia ¿Qué pasa? ¿Tengo que ir yo a por la escoba? - Alargó el brazo en toda su extensión y antes de tocar el palo la vecina recibió un escobazo digno de pasar a los libros de Historia. - ¡¡¡LOCA, MAS QUE LOCA!!! (me gritó mientras corría a encerrarse en su cuarto)

Después de la tormenta llega la calma y fue entonces cuando escuché a los comensales de la Santa Cena hablando entre ellos de montar un Sindicato en cuyo estatuto figure que sus sindicalistas tienen que comer, al menos, una vez a la semana... - Inocentemente pregunté: - ¿Tenéis presupuesto... ? - Se hizo el silencio.

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