lunes, 6 de julio de 2020

Acertando.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! Ayúdame, boba de Coria, que vengo cargadísima. - ¿A dónde va con tanta vela?... ¡¿No me diga que quiere montar otro altar a los Amigos de lo Ajeno?! ¡Ni hablar del peluquín! Le tengo dicho que en ésta casa no hay altares que valgan.

- Será el último pero es muy importante que lo haga. - ¡Ni hablar! ¿No se da cuenta que si vienen alguien y ve toda la parafernalia que le monta a un sinvergüenza, me tomarán por loca, o cómplice? He dicho que no ¡y es que no!

- Vale. Vamos a llevar todo ésto a la salita y luego hablamos. - ¿De qué? - De lo que tu quieras, morena. - ¿Está de guasa? - Nunca he hablado más en serio jajajajajajajaja

Me comporte como un perrito faldero llevándole los trastos a la salita. - ¿No irá a mantar nada, verdad? - ¡Que vaaaaaaaaa! Es para no dejarte trastos por en medio... ¿Qué tienes para comer? - Un bote de lentejas con oreja y de segundo, croquetas congeladas.

Fui a preparar la mesa mientras la Cotilla se hacía la remolona para ver, no sé que programa de la tele. El caso fue que cuando la llamé para que viniera a la cocina a comer, no vino. Blasfemando por lo bajini, me acerqué a la salita de donde salía un fuerte resplandor. - ¿Cotilla?... ¿Cotillaaaaa? ... ¿o Cotilla?

La vecina se sobresaltó cuando abrí la puerta de un empujón. Y allí estaba un altar lleno de cirios encendidos. Parecía una locomotora a punto de salir zumbando. - ¿Pero..., pero..., pero...? - La rabia no me dejaba hablar. ¡La Cotilla no me había hecho caso! - ¡¡¡Va a quemar la casa!!!

Salí corriendo hacia la cocina, llené un cubo de agua y lo vacié sobre el altar. Todo quedó anegado y mi casa salvada de las llamas.

- ¡¿Qué has hecho, locaaaaaaa?! ¡Nos echarán de España! ¡Seremos explusadas del Paraíso Terrenal! - Pero ¿qué dice...? - Las lágrimas le salían a raudales. La Cotilla estaba fuera de si - ¡¿Qué será ahora del Eméritoooooooo?! ¡Lo has dejado sin protección esotérica! ¡se lo comerán con patatas!

En el suelo, en medio de un gran charco de agua, había una foto en la que se le veía muy guapo y campechano. - ¡Fíjate qué planta tenía! Y estuve a punto de lograr unos cuantos milloncejos por un trabajito de nada. - ¿Usted también fue amiga suya? - Bueno... amiga de una amiga que tenía una amiga a la que le gustaba contar que conoció a una amiga que sabía, de buena tinta, que es verdad que le encantaban las amigas.

- ¿Es un acertijo? (batí palmas, encantada de la vida por que gustan los acertijos) ¡Sí, se lo que és! ¡Lo sé, lo sé! - Y grité con toda mi alma la solución: - ¡¡¡ LA GALLINA!!!

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