jueves, 30 de julio de 2020

¡Me voy!

Hay un grillo en mi casa que le pone música al OOOOOOOOOOOOOOOOOO de Pepe y no paran en todo el día. Y mientras Pascualita se sienta en el borde del acuario a escucharlos, yo dejo entrar a todo gorrión que quiera hacerlo para ver si se comen al músico de una vez porque yo ya no puedo más. Tengo la cabeza como un bombo.

Pero, o está muy bien escondido, o los gorriones también se sienten atraidos por su cri cri cri porque se colocan donde pueden: mesa, sillas, ventana, incluso mi primer abuelito ha tenido que hacerle sitio a algún pájaro en la lámpara del comedor. 

Escuchan con atención o trinan formando una coral de lo más estrafalaria. Los vecinos ya me han llamado la atención varias veces, sobre todo a la hora de la siesta. Aporrean la puerta y como no les abro, tiran agua por debajo. Ahí me pillan porque me puede la curiosidad y al abrir se me hechan encima poniéndome a parir.

Por eso he decidido largarme. Se lo he dicho a la abuela: - ¡Me voy! - "¿A dónde?" - ¡Muy lejos! - "¡Alabado sea Dios! Espero que por mucho tiempo" - ¡Jopé, abuela...! - "Hale, hasta más ver..." - Mientras ella colgaba el teléfono, le oí decir. - "¡Ancha es Castilla!"

Con el botijo y el abanico he pasado al árbol de la calle y me he subido a la primera hojita que venía hacia mi. Al abrir los ojos estaba en un lugar extraño... Venus tal vez. Iba la gente ( o lo fueran) tan tapados que no pude certificar si eran verdes como en los tebeos de mi infancia.

Estaban en constante movimiento de acá para allá. Incluso corrían.  En una especie de camas con tubos enchufados a aparatos extraterrestres que pitaban y tenían luces palpitantes, había tendidos unos seres inmóviles ¿terrícolas abducidos a los que se examinaba para conocer sus propiedades humanas? Huuuuuy, aquello me dio muy mala espina. Menos mal que a mi no me veían pero no podía estar segura al cien por cien y decidí que no me gustaba aquella atmósfera asfixiante y decidí que prefería aguantar los conciertos de mi casa.

Antes de que la hojita me transportara de nuevo al árbol vi un letrero: ¡¡¡CORONAVIRUS!!! - Me refugié en el balcón. ¡Había visitado una UCI en pleno rendimiento contra la Pandemia!

No hay comentarios:

Publicar un comentario