jueves, 16 de julio de 2020

La mascarilla voladora.

Tranquilicé a la abuela diciéndole que su primer marido estaba como unas pascuas con la mascarilla que le mandó. Y que ya no pensaba en trasladarse a la Torre del Paseo Marítimo. - "Me has quitado un peso de encima, boba de Coria" - Y me ha hecho un regalo.

El rolls royce, aparcado en la parada del bus, ha organizado el embotellamiento tradicional y, como siempre, un concierto de pitos. Mientras, la abuela y Geooorge, que llegó cargado a casa, estaban en la cocina preparando una riquísima paella de marisco. O sea, que hay concierto para rato.

Una de las veces que salió de la cocina para hacer un vermout, con Pascualita metida en su escote, se quejó del ruído: - "¡Cierra el balcón! No sé cómo puedes aguantar esto. Hice bien yéndome al barrio rico . ¿Cómo se ha degradado tanto éste? Antes era un sitio agradable, con los ruídos normales, agradables. A veces se oía un grito más fuerte que otros pero... ¡Esta escandalera de pitos es vergonzozo! Ahora mismo voy a llamar a Bedulio para recordarle que su trabajo es evitar éstas cosas ¡Me va a oír!"

- ¡Déjalo, abuela. Está de vacaciones! - Pero ya tenía su móvil en la mano. Menos mal que levantó la cabeza y vio la mascarilla de mi primer abuelito ¡encima de la lámpara!

- "¿Qué hace eso ahí?" - Antes de que yo pudiera contestar, la mascarilla salió volando, dió unas cuantas vueltas al techo del comedor y se paró sobre el acuario de Pascualita. La sirena saltó del escote de la abuela al agua. Empezó entonces el juego del pilla-pilla entre la mascarilla y la sirena.

La abuela, incapáz de seguir los rápidos movimientos acabó sentándose, mareada perdida. - "Ay, nena, trae el chinchón porque el vermout se me sube a la cabeza".

Al final Geooorge y la abuela se fueron con unas raciones de paella en un taper. No se encontraba bien. Y yo no me atreví a decirle que era mi primer abuelito quien brincaba de un sitio a otro con la mascarilla puesta.

En la mesa puse un plato y dos platitos: para mi, para Pascualita y para mi primer abuelito. ¡Que rico estaba el arroz!


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