miércoles, 9 de diciembre de 2020

Gambas gordas.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¡los salvagoteras han sido un éxito! Los he vendido todos. - ¿Tantas goteras hay hoy en día? - Si no las hay, las fabricamos como hicimos con la tuya. - ¡Eso es un fraude! - Un fraude es no poder comer por culpa de la mini pensión que cobro. - ¡Si come en mi casa día sí y día también. - Pero eso no le importa a nadie. - ¡Qué cara tiene! -  Míra, sin arrugas.

He tenido que tomar una tila con un cuarto de litro de chinchón para calmar los nervios.

Antes de volver a sus "ocupaciones", la Cotilla me ha anunciado: - Para que te ganes unos eurillos, le he dicho al señor Li que si quiere comer gambas gordas éstas Navidades, tu se las puedes vender. Hay una en el acuario aunque, con las algas moviéndose, no la he visto muy bien. - Si me pinchan en ese instante, no me sale sangre... aunque puede que chinchón, sí.

Al poco de irse la Cotilla, a la que estuve a punto de hacer picadillo, llegó el señor Li. - ¡Hola! yo estal contento. Yo complal a ti gambas goldas. ¡Muchas! A mi gustal y quelel diez kilos. - No se dónde se compran. - Cotilla decil... - ¡Que diga misa! - ¿Sel cula ella? Oh, mi no sabel. 

Me costó casi una hora echarlo de casa. El señor Li es muy cabezón. Al final, para que se marchara tuve que prometerle que le conseguiría las gambas gordas... 

Ahora tengo un gran problema. Había pensado comprar gambitas de oferta del súper y dejar que Pascualita las mordiera, una por una, para que se hincharan y crecieran gracias al veneno de su saliva. He comprado un cuarto de kilo de gamba pequeña en el Mercado de Pere Garau para hacer una prueba. 

En cuanto se las ha visto, la sirena, que estaba tranquila, se ha activado dando saltos mortales del acuario al techo del comedor. A mi primer abuelito no le ha quedado otra que cambiarse de la lámpara al cuadro de la Santa Cena. 

Le he dado una gamba a Pascualita. - Muérdela un poquito... ¡No te la comas! - En uno de los saltos ha caído en el plato donde estaba el resto y, en un parpadeo, ha terminado con todas. ¡Tendré que vestirme de arbol de Navidad, con luces y todo, para que no me encuentre la Mafia china cuando llegue el momento!












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