lunes, 21 de diciembre de 2020

Una que se va con viento fresco.

 Mientras comía un plátano a media mañana, enfrascada en quitarle todos los hilos, que aún no sé para que se los pusieron, me pareció ver, por el rabillo del ojo, que algo pasó rodando camino de la cocina.

- ¿Cotilla?... ¿Es usted? - Obtuve la callada por respuesta. Confirmado que no era nadie sino un efecto visual que no venía a cuento, seguí con mi entretenimiento. Pero, cuando lo que fuera que rodaba, volvió sobre sus pasos, salté de la silla y pedí ayuda a mi primer abuelito. De nuevo, nadie me contestó.

Mis dientes iniciaron un castañeteo como para lucirse en un concierto en el Teatro Real. Llevaban un ritmo aflamencado que, a otra persona que no fuese yo, le pondría los pies en movimiento pero el miedo me impidió apreciar tanto arte. 

De pronto, tuve la sensación de ser observada y corrí hacia el acuario a por la sirena. Ella sería mi defensa ante el violador de mi libertad. Tampoco pude contar con ella porque le sentó a cuerno quemado que la despertara de una de sus muchas siestas y sacó la dentadura a pasear.

Entonces puse en práctica el método: si una cosa te da miedo, acércate y verás como no es nada. ¡Que fácil es decirlo! Afortunadamente y para no enfrentarme sola a lo que fuera que yo había visto, cogí a Pepe que descansaba sobre el aparador y lo usé de parapeto.

Sentí la mirada del intruso a mi espalda y se me puso la carne de gallina. Giré en redondo para encontrarme, cara a cara..., con una enooooooorme bola de polvo cuyos encantadores ojitos me sonreían. Al principio no la reconocí. - ¿Qué te ha pasado? (pregunté estupefacta) - He estado visitando  otras casa y he ido recogiendo todo el polvo, borra, telarañas que me salían al paso. Así me he puesto de guapa y lustrosa.

- ¡Pues ya te estás largando que me basta y me sobra con el polvo y borra que tengo yo! - Y sin más, abrí el balcón de par en par. Cuando la enorme bola se asomó, una fuerte ráfaga de viento se la llevó lejos mientras el árbol de la calle, la despedía cantando: - ¡Adioooos, con el corazón que con el alma no puedoooooo"


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