sábado, 19 de diciembre de 2020

Repartiendo justicia.

 La Cotilla me ha dicho que ha visto a Geoooorge llorando en inglés por los rincones. - Hay que ver en lo que ha quedado un hombre como él, con esa elegancia innata que solo tienen los mayordomos ingleses usando el plumero para quitar el polvo. - Sí, quién le iba a decir a él los dolores de cabeza que le depararía votar que sí al Brexit. - ¿Crees que eso tiene algo que ver con que quisiera cargarse a los pobres animales y usarlos para las fiestas de Navidad? -He aquí la pregunta del millón, boba de Coria.

Cuando se lo he contado a la abuela ha tenido remordimiento, pero solo un poco porque, aunque le ha permitido volver a la Torre del Paseo Marítimo, no le ha devuelto su habitación. Ahora la ocupan el conejo, el pato, el pavo y el pollo y Geoooorge duerme en la casita de aperos del jardín.

Andresito, que expresó su opinión, poniéndose de parte del inglés, ahora comparte con él un rincón de esa casita.

La abuela ha venido a casa, en el autobús y cargando con los avíos de la paella. - "Aaayyyyy, vengo baldada... Ya no recordaba lo que es cargar con la compra, meterse en un autobús llenos hasta los topes, con la mascarilla puesta, aguantando de pie los vaivenes en las curvas que te lanzan a derecha e izquierda como un pelele. Y haciendo sitio, aunque no haya, a los cochecitos de bebés cuyas mamás los empujan como si fueran tanques al asalto de un hueco donde meterlos... Esto, con Geoooorge, no pasaba. Iba tan ricamente en el rolls royce... Que tiempos aquellos". - Pero si hace dos días. - "Me parecen una eternidad"

Al olor del sofrito, la Cotilla apareció como por arte biribirloque y aposentó sus posaderas en una de las sillas del comedor sin darme opción a mandarla a tomar viento.

Fue durante la sobremesa cuando entramos, realmente, en el asunto. - ¿Vas a indultar a Geoooorge? - "No debería..." - Que poca fuerza de voluntad tienes (que jodía es la Cotilla) - "Es que me hacía la vida mucho más llevadera" - Considero que su fallo fue no consultarte el menú (dije) - "Lo hizo. Pero pensé que compraríamos la carne en la carnicería... No es lo mismo comerse un pavo al que no conoces de nada que a un conocido" - En eso tienes razón... ¿Tomamos un chinchón?

Media hora después la abuela preguntaba: - "Por ejem... plo: La frut...a ... ¡hip!... del chin... chin...chón, no la conoco... ¡hip!... ¿me la ha... presentadooooo alguien... ¡hip!?" - ¡Nooooo! (contestamos al unísono la Cotilla y yo) - "Por eso lo... bebemossss..." ¡hip!

Rondando ya el coma etílico, pregunté: - ¿Entonces... Geooooorgeeee, qué? - "Valeeeeeeeeee... podrá dormir... con los... ¡hip!... ani...mal... essss" - ¿Y Andresit... o? - "¡¿Ese...?! ¡A la... casita!"

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