- Ay, Pascualita, que buena actríz se está perdiendo el cine. - La sirena, sentada en el frutero, ni siquiera me miró pero como tengo que hablar con alguien continué con mi monserga: - ¿No sabes de quién te hablo? ¡Pero si me tienes delante, alma de cántaro! Soy una persona que se mete mucho en su papel. Por ejemplo: ¡Ha nevado en Madrid! y he salido a la calle tan tapada que solo me ha faltado ponerme una manta zamorana encima. Con decirte que me he mirado en un escaparate ¡y no me he reconocido!
- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¿A quien tienes delante, boba de Coria? - Menudas orejas tiene usted, Cotilla. Si los países lo supieran le lloverían ofertas millonarias para que trabajara, como espía, con ellos... - ¿Estás segura de lo que dices? - ¡Segurísima! Con usted se ahorrarían un pastón en aparatitos sofisticados y carísimos.
Ni se sentó. Dio media vuelta, camino de la puerta de la calle. - ¿A dónde va? - A los Consulados a escuchar ofertas de trabajo.... Por cierto ¡Ha nevado en Madrid! - ¿Qué me dice? Me deja helada.
Llamó la abuela - "¿Has visto a la Cotilla?" - Va de Consulado en Consulado ofreciendo sus servicios a su Majestad. - "¿Qué Majestad?" - Ni repajolera idea. Pero acabo de recordar que, en la despensa, guardo un bote de cocido madrileño. Lo comeré éste mediodía.
- "Que suerte tienes. Yo tengo que conformarme con el que guise Geoooorge" - Pero si le sale muy bueno... - "Eso era cuando se sentía europeo, en cambio, ahora que es inglés le sale la comida que ni fu ni fa ¿Me invitas?" - ¿A Andresito también? - "No creo que le entre nada porque lleva una hora, boquiabierto, delante de la tele desde que ha visto que ¡Ha nevado en Madrid!
No hay comentarios:
Publicar un comentario