lunes, 3 de mayo de 2021

La Penitencia.

 Andresito ha emigrado rumbo a su Torre del Paseo Marítimo harto de aguantarnos. Lo malo es que la abuela se ha quedado conmigo: - ¿Pero tú no tienes casa? - "¿Me estás queriendo decir algo, boba de Coria?" - ¡Como sabe que tiene la sartén por el mango la jodía!: el testamento.

La Cotilla está que trina con ella porque la ha echado de su antiguo cuarto. - Menuda cara te gastas ¡yo duermo aquí! - "Desde ahora dormirás en el cuarto piso ¡En tu casa!" - No puedo. La tengo alquilada a extranjeros... - "¡Con la Pandemia que tenemos encima! ¡Estás para que te encierren!" - Es que si no , no llego a fin de mes... (dijo, quejosa, la vecina)

Quien más disfruta con la estancia de la abuela en casa es Pascualita. Está feliz. Incluso duermen juntas, que ya son ganas porque te despierta a media noche, enciendes la luz y ves el careto de Pascualita, sales por pies del cuarto y dejas en ridículo al Correcaminos.

A mi me ha fastidiado las charlas con el árbol de la calle. Y no porque me lo haya prohibido sino porque me da corte. Pero siempre encuentro un ratito para echar unas parrafadas. También me he dado cuenta  que la cristalera del balcón es una pelota redomada. En cuanto la ve acercarse abre los cristales  y no se inclina para hacer una reverencia porque no está echa para eso.

La bisabuelastra y mi primer abuelito siguen con su romance, cosa que me llena de alegría, sobretodo cuando ella le cuenta a la abuela lo guapo que es y lo elegante. Y le describe, de pe a pa, los fabulosos sudarios que luce. 

Sin embargo hoy hemos tenido una visita inesperada: ¡el ánima de mi bisabuelastro! y se ha armado la Marimorena. Nosotras solo hemos notado olor a cuerno quemado en el comedor pero, según me ha contado, telepáticamente, mi primer abuelito, los ha pillado infraganti y le ha sentado como un tiro. Por lo visto ésta es una de las penitencias que le mandaron cuando fue a ver a San Pedro: cuanto más mujeriego fue en vida, peor le sienta ver a otros enamorados ¡y si es a su mujer, más!

Por eso, la abuela, la bisabuelastra, Pascualita y yo, hemos brindando con chinchón varias veces, cantando: ¡¡¡Anda y que te ondulen con la permanent y pa suavizarte que te den con setlz!!!... bueno, la sirena movía los bracitos al compás.

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