viernes, 28 de mayo de 2021

Velas.

Menos mal que la Cotilla siempre tiene el suministro de velas, velitas y velones, para que  no falte luz a su querido gurú, Bárcenas. 

He entrado en el antiguo cuarto de la abuela cuando la vecina estaba de trapicheos y he cogido un buen puñado de velas que he escondido en la despensa, detrás del cesto de las patatas.

Antes de comer ha arreglado el altar a los Amigos de lo Ajeno con el cargamento que ha traído de su paso por las diferentes iglesias donde va a "limpiar" los cepillos, el resto lo ha dejado en el cuarto y, cinco minutos después la he llamado porque las albóndigas con tomate, de bote, ya estaban calentitas.

Al sentarse ha dicho: - ¿Me has cogido velas, boba de Coria? - A lo que contesté, demasiado deprisa. - ¡Cree el ladrón que todos son de su condición! - ¡¿Quién te manda entrar en mi cuarto?!" - ¡¡¡¿SU?!!! -  Hasta mi primer abuelito, desde lo alto de la lámpara, enarcó una ceja. - Ahí están mis cosas, por lo tanto ¡es mi castillo y puedo denunciarte!

Que manía tiene esta mujer con denunciar. Y cuando vi que se iba decidida hacia la puerta de la calle, di mi brazo a torcer. - Vale, vaaaaaleeeee... he cogido... una velita... 

Firmes, delante de mi, inició un taconéo que no auguraba nada bueno. Mi primer abuelito me susurró: - Ojo con ésta que es mala de roer. Soy fantasma, entre otras cosas, por su culpa. - A lo que le respondí: - No te quejes que nunca has estado mejor ni  más elegante. 

Lo pensó un poco y acabó admitiendo que yo tenía razón: ¿A que me sienta bien este sudario, rojo y plisado, de Oscar de la Renta? Me lo ha hecho a medida

Mientras lo admiraba con una sonrisa beatífica en los labios, la voz cascada de la Cotilla me devolvió a la realidad. - Estoy esperando - dijo y el taconeo se convirtió en música de fondo

- Sí, he cogido unas cuantas. - ¿Cuántas? - ¡Que sé yo! ¡Ni que fuera el Gallo Kirico yendo a la boda del tio Perico!... - Carraspeando, le desvelé el motivo: - ¡Va a subir mucho la luz! La lavadora tendrá que lavar de madrugada y no voy a tener la luz encendida toda la noche mientras plancho. Y he pensado que, como a usted no le cuesta nada coger las velas en su trabajo y además, vive AQUI, es justo que coopere para reducir los gastos de casa.

- ¡Encantada! ¿Ves que bien se entiende la gente cuando se dicen las cosas claras? Ahora solo falta saber cuánto vas a pagarme por ellas.

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