martes, 7 de diciembre de 2021

Doña Celos Reunidos Jeyper, de nuevo.

 También Pascualita pareció enamorarse del árbol de Luz y me estuvo "diciendo" todo el santo día que quería volver a verlo. 

A veces mi primer abuelito me echa un capote para entender a la sirena pero hoy no ha venido, así que ella y yo teníamos un problema. Cuando Pascualita se dio cuenta que no la entendía se enfadó muchísimo, Dio saltos mortales en el acuario y puso el suelo perdido de agua. No paró de amenazarme sacando su dentadura de tiburón a pasear... hasta que, agotada, puso en marcha su neurona y un buen rato después se sentó sobre el aparador, levantó sus enclenques bracitos paliduchos y juntó las manos. 

Pensé que había aprendido yoga - ¡Pero, bueno... Es fantástico! - Me escupió agua envenenada  y no me dio de milagro. Repitió una y mil veces la postura hasta que, mi neurona arrancó xino, xano y en mi cabeza surgió una idea... ¿Pascualita está imitando al árbol de Luz? ¡Bingo!

Luego tocó entender qué quería de el. Al final tuve de cambiarme de ropa porque, del esfuerzo intelectual que hacía, sudaba a chorros. El resultado fue que LA SIRENA QUERÍA VER, OTRA VEZ, EL ARBOL DE LUZ.

Las bombillas de la lámpara del comedor brillaron de repente y hubo un ten con ten entre la lámpara y la sirena que la puso al tanto de  TODO lo que ocurrió ayer. 

Las bombillas enrojecieron ¿de celos? Es muy posible porque en un santiamén explotaron todas. - ¡Eh, cuidado que cobro muy poquito! - Por eso, antes de que hubiera males mayores, metí a Pascualita en el termo de los chinos y salimos hacia el Parc de la Mar donde está colocado el precioso y colorido, árbol. 

Me temo que ésta noche, en toda la finca, estaremos a dos velas porque, mientras bajaba la escalera, explotaban las bombillas de los rellanos.

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