miércoles, 15 de diciembre de 2021

La comida de Navidad.

 Después de comer me he repantingado en el sofá de la salita, con una copita de chinchón en la mano y la botella cerca. Desde que le conté a la Cotilla que el señor Li en persona, se había presentado en casa, la vecina ha puesto tierra por medio desde donde esté, por eso hace días que no la veo.

A veces me pregunto: - ¿Echas menos a la Cotilla? - Y, o bien me respondo que no, o me da la risa tonta por lo absurdo de la pregunta ¡Estoy en la gloriaaaaaa!

Pascualita, a mi lado, bebe de un dedal que hace las veces de vaso para ella. y se la ve relajada, disfrutando del momento.

Estaban dando el telediario donde salían los temas recurrentes: el volcán Cumbre Vieja, de La Palma; Si sube o baja la incidecia del corona virus; La subida de la luz y lo cara que se ha puesto la cesta de la compra. Si lo sabré yo que me he pasado la mañana buscando chollos y no los he encontrado.

Ha salido un carnicero contando sus penurias y me ha extrañado ver a mi primer abuelito expuesto sin sudario alguno, en una vitrina. La cabeza de Andresito sonreía al público diciendo: . ¡Comedme! 

La abuela y la momia estaban en el apartado de carne para caldo. Me fijé que la abuela llevaba dos kilos de rimel en las pestañas para parecer más joven y apetecible. - ¿Qué hacéis ahí? - Somos la carne que se comerá en las fiestas de Navidad. - Pero si sois personas... Somos nosotros quienes comemos a los animales.  - Eso es desde tu punto de vista que no coincide con el nuestro porque estaos al otro lado del espejo. - ¿Si yo entro ahí me matarán, descuartizarán y luego, me comerán? - ¡Naturalmente, nena!

Pasculita, curiosa, se escurrió hacia el otro lado del espejo y apareció en el mostrador de una pescadería, entre distintas clases de personas cubiertas de hielo. De repente, una gorda carpa japonesa saltó sobre la sirena gritando: - ¡Es mía. Yo la he visto primero! - Lo siento (dijo la sardina que despachaba) ¡He dicho que está reservada para el pez luna llamado Li, ¡jopé ya! ¡Y no se salte la cola!

Antes de que alguien pudiera reaccionar, Pascualita estaba de vuelta en casa y escondida en la seguridad del barco hundido.

 

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