miércoles, 8 de diciembre de 2021

Soñando.

 - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! Huy, ¿qué es ese ruído? - No oigo nada, Cotilla (¡vaya si lo oía!) - Suena como un ronquido bajo el agua... ¿Las algas roncan? - ¿Ya le ha dado al chinchón? - No seas grosera. Es que como no venga del acuario ese que tienes lleno de algas... Otro sitio con agua no hay. - ¡No diga tontunas, mujer!

Pero no iba errada porque, efectivamente, era Pascualita quien roncaba ¡y soñaba! porque, de repente, salió disparada del acuario y se quedo plantificada sobre la mesa del cuadro de la Santa Cena. Menos mal que todo ocurrió a espaldas de la Cotilla y no lo vio pero el peligro de que la descubriera no había pasado porque la sirena empezó a patinar deslizándose hacia abajo. Si caía se daría un buen morrón contra el aparador.

- Cotilla, anoche le cogí unas cuantas velas... - ¿Con permiso de quién, boba de Coria? - Tuvimos un apagón y... - Si pagáses los recibos de la luz no te pasaría ésto. - No fue por eso. Supongo que la tormenta tuvo algo que ver... - Voy a ver cuantos has cogido porque tengo que montarle un altar de los Amigos de lo Ajeno a mi gurú Bárcenas que falta le hace...

Mientras la Cotilla iba a su cuarto yo corrí a socorrer a la sirena y llegué apunto para cogerla en el aire cuando ya iba en caída libre.

Fue algo digno de ver lo que ocurrió a continuación: ¡Pascualita seguía durmiendo como si no hubiese pasado nada!

Mi primer abuelito, que le estaba haciendo carantoñas a la lámpara del comedor, me dijo que tuviera cuidado porque la medio sardina seguía soñando: - ¿En qué soñará? - Pues... en el último festín que se dio, junto con otras sirenas, a cuenta de unos pobres naufragos que cayeron al mar atraídos por sus cantos. - ¿Eran los marinos de Ulises? - ¡Que va! Unos pobres primates subidos a un tronco de árbol que flotaba llevado por la corriente y se subieron a él para descubrir nuevos lugares de caza... ¡Jopé, que susto me ha dado este bicho! 

Pascualita había vuelto a saltar y ésta vez, los diente de tiburón se cerraron en el "cuerpo" de mi abuelito. Afortunadamente es un fantasma y no pasó nada irreparable pero jijijijijjijiji ... ¡que cara ha puesto cuando ha visto los dientes tan cerca! jajajajajajaja ¡Que jodía es la sirena!

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