miércoles, 4 de enero de 2023

La carta.

No puedo dormir, ni siquiera la siesta. Me paso las noches dando vueltas y más vueltas en la cama sin pegar ojo y toda la culpa la tienen los Reyes Magos de Oriente. El árbol de la calle me ha aconsejado que hable con la abuela aunque no creo que sirva de mucho. Por probar que no quede.

Después de discutir un buen rato con el dichoso mayordomo inglés la abuela se puso al teléfono harta de oírnos discutir. - ¡Por fin! Eso que tienes en tu casa no es una persona sino un perro de presa. Siempre me saluda con un : madame decir que no estar. - "Hace lo que se le manda"

Pasé por alto ese "pequeño detalle" - Quiero saber qué van a traerme los Reyes - "Un SI, SEÑOR y un CALLE USTED" - Pero, abuela... - "¿Y yo qué se lo que te van a traer? No he visto la Carta"

- ¡¡¡LA CARTA!!! Con tantas fiestas como hemos tenido ¡se me ha olvidado! Y eso que ésta mañana he visto un buzón real pero no he ido a caer. ¡Tengo tantas cosas en la cabeza! - "Sí (dijo la abuela) Montañas de serrín" - ¿Y ahora qué pido yo? - "¿Una larga temporada en Irás y no Volveras?"

Haciendo valer mi prerrogativa de dueña de la casa he puesto a todos los personajes a pensar qué puedo pedir a sus Majestades. Y ha habido sugerencias de todos los colores. Por ejemplo, Pepe el jibarizado ha dicho (a su manera, claro) una cirugía plástica que rellene los pómulos. Las bolas de polvo: más polvo para estar rollizas y orondas. La cristalera del balcón quiere que la insonoricen para no tener que escuchar las quejas de la que está en la parte exterior.

Los comensales de la Santa Cena piden una jornalera que limpie el comedor de migas de hace más de dos mil años. Dicen que están duras y no las quieren ni los gorriones. El árbol de la calle quiere que le pongan una reja artística al rededor del tronco para que los coches no topen contra él. Y Pascualita pide hamburguesas de Tirano Rex aunque sean congeladas... Que cruz tengo con ésta tropa.

 

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