lunes, 2 de enero de 2023

Por Cotilla.

- ¡¡¡Pascualita!!! ¿Dónde estás? ¡¡¡Pascualiiiiiiiiiiiitaaaaaaa!!! - Así llevo toda la mañana llamando a la medio sardina porque ha desaparecido del mapa y no logro encontrarla. He preguntado a todos pero nadie la ha visto. 

Estoy afónica perdida de tanto llamarla a gritos, a pesar que mi primer abuelito me ha recordado que la sirena no habla por lo que no vale la pena armar tanto escándalo.

Al principio de la búsqueda todos los personajes han participado en ella; ahora pasan. Por ejemplo, el árbol de la calle lleva ya dos horas cantando lo de ¡Pero sigo siendo el Reyyyy! 

Pensé que mi primer abuelito se quedaría a mi lado dándome apoyo moral pero no ha sido posible porque tiene ocupados a los grandes modistos haciéndole sudarios nuevos y originales y se pasa el tiempo en los probadores. - ¿Y cómo sabré que me contesta si el único que la entiende eres tú? - Me ha contestado : Ten fe... el muy jodío.

Las bolas de polvo me han prometido que rastrearán su paso por los últimos rincones de casa. La Cristalera ha jurado por su madre, la verja del Retiro de Madrid, que Pascualita no ha salido al balcón en toda la mañana.

Iba yo con mi cantinela: - ¡¡¡Pascu...!!! - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! - No te calles, desvergonzada. Sigue llamando al querido de tu abuela. A ver si lo conozco de una vez por todas y lo delato delante de Andresito para que me ponga a mi en su testamento y, por fin, seré dueña de la Torre del Paseo Marítimo... Por cierto ¿qué le hiciste al Médico que apenas puede andar? - Le habrá dado un aire...

De repente Pascualita estaba delante de mi. En el frutero, coronando un plátano de Canarias. La Cotilla movía las manos arriba y abajo hasta posar una de ellas ... ¡en el plátano! 

Tengo que comentarle a la vecina, cuando salga del coma etílico de chinchón, que puede usar esa enoooorme mano que tiene ahora, para propaganda de guantes. Se sacaría un jornalito.

 

 

 

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