miércoles, 11 de enero de 2023

Mi primer abuelito tiene suerte porque, cuando se cansa de escuchar la voz de pito de Pepe el jibarizado, desaparece y ya está, sin embargo, nosotros, pobres mortales, nos tenemos que aguantar las ganas de estrangularlo porque no tiene cuello.

A medida que pasan las horas Pepe ha pasado de la euforia por poder hablar después de tantos años de silencio, a darse cuenta de que esa voz de pito no es la suya. Y ha empezado a gritar: - ¡QUIERO MI VOZARRÓN! ¡¿DÓNDE ESTÁ MI VOZARRÓN?! 

Luego explicó que los jefes de las tribus de su región eran siempre los hombres que tenían la voz más poderosa. - Con ésta voz de alfeñique me hubiesen comido mis paisanos para no pasar vergüenza de oírme.

Mi primer abuelito apareció en el cuadro de la Santa Cena muerto de risa: - ¡Menudo chapucero es el Papa emérito! jajajajaja.... Ha querido empezar la casa por el tejado sin acordarse de que, hasta para ser fantasma hay que aprender; y  para ser santo ¡no veas lo que piden!

Del fondo de la pila de lavar del comedor salió Pascualita como un cohete aterrizando en mi escote y emprendiendo una acalorada discusión con mi primer abuelito. - Dice la sirena que si hay que comerse al Papa emérito se presenta voluntaria... - ¡Pero que dice ésta loca! -  Que nunca ha comido Papa en los milenios que lleva en el mundo y ya va siendo hora... - Pues nada, que pida permiso al Maestro Armero

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