viernes, 20 de enero de 2023

Se acabaron las fiestas.

- ¡Aaaaayyyy, Pascualita, por fin se acaban las fiestaaaaas! Esto ha sido un no parar desde principios de diciembre pero ya hemos llegado al final.

- El Patrón de Palma, San Sebastián, baja el cierre y volveremos a los purés de verdura, los calditos suaves, el pollo hervido, etc. etc. Claro que tendré que aguantar durante unos días las quejas del estómago que se ha acostumbrado a comer a lo grande.

- Se quejará. Rugirá como un tigre de Bengala y en lugar de darle un trozo de lechona o botifarrones asados, panceta, etc... le daré un danone y haré oídos sordos a la escandalera que montará.

Subida en lo alto del frutero, la sirena pasa de mis comentarios como si oyera llover. Se cree la reina de los mares la tiparraca y no siente ni frío ni calor hasta que pronuncio su nombre y la señalo con el dedo para ratificar que estoy hablando de ella. - Tú también vas a ponerte a plan, Pascualita.

Sus redondos ojos de pez me miran asombrados diciendo (No digas mi nombre en vano, ridícula representación del género humano) 

Echo una medida de pienso para tortugas en el agua de la pila de lavar del comedor. Ella no se baja del la naranja en la que está subida, esperando que eche más medidas de pienso pero espera en vano porque el régimen drástico empieza ¡ahora!

Pasado un rato y viendo que la cosa va en serio, Pascualita, de un salto prodigioso, llega hasta mi dedo (con el que la sigo señalando) me da tal mordisco que me arranca un trozo, y porque tiro de la cola de sardina para que no se lo coma entero. 

Pasarán unos cuantos días hasta que pueda volver a hurgarme la nariz con ese dedo.- ¡¡¡AAAAAYYYYY!!!

 

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