viernes, 4 de agosto de 2023

Cuando duermo, duermo...

 Esta noche ¡ha llovido! Ya era hora. Pascualita estaba despierta, tumbada en el balcón cuando han caído las primeras gotas. Al notar que era agua dulce lo que caía ha intentado entrar en casa reptando pero ha patinado, saliendo disparada a la calle. 

Mi primer abuelito se desgañitaba para despertarme pero yo, cuando duermo, duermo. 

Para evitar la ronquera que ya se anunciaba, desapareció unos segundos y volvió envuelto en un trabajadísimo sudario de Alta Costura imitando un valle de los Alpes con sus vacas, cencerros, campanarios, Lirulais, liruleros cuyas notas brincaban como cabras montesas entre las paredes de roca y nieve mientras el Eco las repetía como un loro apasionado.

Cuando todos los sonidos se acercaron, el maestro de música pidió tortilla de patatas para todos. Me despertó el aroma de la tortilla e inmedietamente pensé: - ¿Y Pascualita?

En ese instante el reloj del campanario del valle dios las tres. El pueblo entero salió a las calles mostrando tres dedos mientras gritaba: ¡¡¡TRES!!!

Fue tan emocionante que se nos saltaron las lágrimas. Luego, una cacatúa extranjera entró en casa, revoloteó sobre la pila de lavar del comedor y dejó caer un pequeño fardo en el agua marina... ¡Pascualita!





 

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