lunes, 21 de agosto de 2023

¡Han ganado las mujeres!

El rolls royce de los abuelitos aparcó donde siempre: en la parada del bus de línea y se armó la marimorena en forma de pitadas y anatemas.

Al entrar en casa todo fueron quejas: - "¡Uf, que calor hace aquí!" (dijo la abuela) "No sé cómo puedes aguantarlo" - Tengo el abanico... - "Solo te falta el botijo" - El otro día compré uno en el mercado de Pere Garau... - "¿Cómo es posible que seas mi nieta? Si eres más antigua que andar pa' lante."

Después de criticarme durante hora y media a la abuela se le secó la lengua y no le quedó más remedio que meterla en agua. - Toma (le dije mientras le pasaba un vaso lleno) es del botijo - Le dio un sorbito sin mucha convicción. La saboreó y vació el vaso en un visto y no visto. - "¿Agua bendita, nena?" dijo mientras se relamía. - Bendecida con chinchón.

Uno de los motivos de su visita era saber cómo llevaba Pascualita los calores agosteños. - Disfrutando de los cubitos del congelador. (dije sin nombrar a la sirena) - Todos nos acercamos a la pila de lavar del comedor donde los cubitos de hielo jugaban a ver quién tardaba más en descongelarse e impliqué al mayordomo inglés, Geooooorge,  en el juego. 

La abuela protestó un poco: - "No te metas mucho con el, pobrecito jijijijiji" - ¡Ah, se siente! (dije con mi voz más cantarina) - En ese momento, el cubito que el inglés dijo que duraría más se descongeló de golpe y porrazo. - ¡Anda, como el Mundial de fútbol femenino! - ¡Madame, mi ir al rolls royce! - "Bueeeenooo, pero no llores mucho jijijiji... que mojarás la tapicería" - Después brindamos con chinchón on the rocks

No hay comentarios:

Publicar un comentario