viernes, 11 de agosto de 2023

Islandia.

He metido unos cubitos de hielo en el termo de los chinos junto con la sirena para que vaya fresquita. Lo he colgado de mi cuello y he salido al calor de la tarde para juntarme al rio de gente sudorosa que deambulaba a esas horas por Palma.

La Plaza de España, tierra invadida por las obras y vallas que convierten el lugar en un campo de batalla incruenta y laberíntica, donde debe ser divertido jugar al escondite esperando que no se chive el rey Jaume I que domina el espacio montando un hermoso caballo sobre un pedestal.

- Fue el rey del 15M, Pascualita, incluso portó la bandera de Islandia muy ufano él. - Los ojos de pez se posaron en mi. -¿Qué pasa? ¿Qué he dicho? Ni se te ocurra morderme. - Me estaba poniendo nerviosa tanta fijación. 

A los pies de la estatua repasé las palabras que había dicho hacía un momento: ¿15M?..., ¿bandera?..., ¿Jaume I?..., ¿Islandia?... La terrible sonrisa de Pascualita apareció en su rostro_ - ¡Islandia! ¿Estuviste allí? - La sonrisa se acentuó y la peligrosa dentadura de tiburón salió a pasear. - ¿Te gusta el bacalao? jajajajajaja

Busqué un banco para tener un poco de intimidad y allí apareció mi primer abuelito. - Huy, cómo está estoooo. (criticó). Pascualita añora la Islandia de hace millones de años, cuando nadó hasta allí con un sireno saleroso para ver el espectáculo de luz y sonido que montó la Naturaleza celebrando el nacimiento de lo que ahora es Islandia. - ¡Debió ser espectacular! - ¡No lo sabes tú bien porque el sireno estaba de toma pan y moja! - ¿Qué fue de él? . Lo normal entre sirenas, Una vez terminada la juerga... ¡se lo comió!

 

 

 

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