jueves, 17 de agosto de 2023

Deshidratada.

He tenido que pelearme con Críspula, la Cristalera, porque no quería abrirse para que yo saliera a balcón. - ¡Ni hablar! Hace mucho calor ahí fuera. - Es mi casa y tu obligación es dejarme hacer mi santa voluntad. 

Discutimos un buen rato hasta que me harté y di tal empujón que por poco me caigo a la calle ayudada por el impulso.

Un calor sofocante me recibió con los brazos abiertos. - ¡Hola, nena! Vamos a jugar un ratito. Venga, yo seré el horno y tu el pollo que tengo que asar. 

Cinco minutos más tarde me había convertido, no en un pollo al horno  sino en un surtidor de muchos caños, por los cuales salía el sudor a chorros.

Desesperada llamé a Críspula para que me abriera la puerta. - ¿Ahora quieres entrar? ¡Pues no, señor! - Su hermana gemela de la parte exterior, echaba bilis por la boca: - ¡Que asco de tía! Le tocó la mejor parte y se queja. 

La voz del árbol de la calle sonó aliviada. - ¡Aaaayyy, que gustirrinín, nena! Sigue así... Necesitaba líquido. Estaba deshidratado a causa del calor. 

No fue hasta el anochecer cuando Críspula abrió la cristalera desde dentro para que entrara la brisa marina. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaa! ¡A ver la fuente! Ha salido en el facebook ¿De dónde la has sacado?... - ¿De qué habla, Cotilla? - De la fuente que has puesto en el balcón. Mañana saldrá en el Informativo Balear... Me la llevaré al trapicheo y como está en boca de todos, sacaremos unos buenos euros por ella y...

 

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