sábado, 5 de agosto de 2023

Quejicas.

Pepe el jibarizado, harto de estar en su estantería de la cocina, no para de quejarse: - OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO - Lo he metido en una olla a la que he colocado la tapadera y aún así oigo sus quejas. - OOOOOOOOOOOOOOOOO 

Mi primer abuelito, que con eso de ser un alma buena entiende todos los idiomas, habidos y por haber, dice que Pepe tiene hambre. - ¡Si no tiene cuerpo! ¿cómo va a tener hambre? - Por lo visto el subconsciente le funciona... - ¡No tiene cerebro! - Pues algo tiene que le funciona porque le apetece... ¿un plato del guiso que hicieron con él? - ¿Seguro que dice esto, abuelito? - Sí. seguro. - ¿Le apetece comerse a sí mismo? Que tío más raro. - Es que dice que estaba buenorro el tío.

Los comensales de la Santa Cena se revolucionaron, hartos de no probar bocado desde hace más de dos mil años: - ¡Me apunto a lo del guiso! - ¡Lo compro con mis monedas! - ¡No vale! Yo me dejé la cartera en casa. - ¡Y yo! - ¡Y yo! ... Todos levantaron la mano. - Pensamos que era una invitación ...

Pascualita no le quita el ojo a la plantita que salió sobre el árbol de la calle mientras le enseña los dientecitos de tiburón. 

Mi primer abuelito, apareció con un brillante sudario psicodélico lleno de volcanes en erupción que haría las delicias de muchos, para informarme. - Pide a la pequeña secuolla que grabe su existencia en su anillo interno de éste año porque los viejos árboles no dieron noticia de su nacimiento. Aún no había secuollas. Ahora quiere figurar en la Historia.

 




























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